Ojitos de Cielo

Por la mañana iba rumbo a mi trabajo, cuando en el camino siento el llanto de un perrito. Miro hacia todos lados y veo más adelante un cachorrito aullando asustado en medio de la calle. Antes que un auto le pasara por arriba, lo levanté a upa. Llamé en una de las casas de la zona para ver si sabía de algún vecino con cachorros. Una amable señora me mandó hacia otra casa donde sabía tenían un perro chico. Fui a esa otra casa, pero tenían su cachorro atado, no conocían el que yo había recogido.Me tuve que ir a dar clase con el perro. Claro que mi alumna casi me despacha con perro y todo. Quería que lo dejara fuera en una caja, pero le respondí que lo tendría a upa mientras le enseñaba a ella. – Te va a ensuciar toda – me alertó. - No, se va a quedar quietito – le aseguré. Dicho y hecho. La perrita (no era perrito) se durmió en mi falda y ni se movió en la hora y media de la clase.
Al salir pasé por la zona donde la había encontrado, mirando hacia todas las casas, a ver si veía a su perra madre, a ver si escuchaba otros cachorros o si algún vecino me veía y la reconocía. Nada. Tuve que seguir mi camino, así que la llevé a casa y allí le di leche tibia que tomó con ganas.

Jugué un ratito con ella, me asombró con unos ladridos cuando jugaba sobre el sillón. Sus ojos bien celestes llaman la atención. ¿Cómo pudieron perderla o abandonarla?

Antes de volver a salir a trabajar la dejé en Veterinaria Pedrense, donde afortunadamente ponen jaulitas con perros chicos y se adoptan fácilmente. Mientras hablaba con Virginia (una de las veterinarias) vino una señora a adoptar otra perrita bastante grande que estaba en una jaula. Ahora quedan en adopción 2 gatitos y mi Ojitos de cielo.

Esta perrita fue adoptada para suplir la falta de otra perrita accidentada. Ojalá tenga mucha suerte con esa familia, que la cuiden y la amen como se merece.

Ojitos de cielo

Esta perrita que está saludando a la cachorra, es "Manchita". Ella fue castrada gracias a que un grupo de vecinos juntó para su operación. Desde entonces viene de visita a la veterinaria. También busca un hogar, no es justo que viva el resto de su vida en la calle. Es una dulce celosa y muy tímida ante los movimientos bruscos de la gente como si temiera que la golpearan.

Horas más tarde, cuando regresaba de trabajar, un perro blanco corría nervioso, arrastrando una cadena. ¡Otro perro perdido! Minutos después ya no lo vi.

Cada día es así: con aciertos, con fallas. Con cosas buenas y cosas malas…. Logramos enmendar algunos de los tantos errores que el humano comete... pero son tantos los errores y tan pocos los que intentan enmendarlos...

Los animales callejeros siguen siendo muchos, los accidentados y maltratados que las protectoras y bicheros ayudan también son demasiados. Quienes tenemos mascotas, debemos ser responsables. Ayudar al menos desde ese lado: cuidando nuestras mascotas y dándoles mucho cariño. También tener en cuenta: Si el perro está suelto dentro de la casa, tener mucho cuidado al abrir puertas y portones. Si cuando hay partido o en las fiestas nuestro perro se asusta mucho por los ruidos de cuetes y bombas, dejarlos encerrados en un cuarto donde se sientan seguros y no escapen nerviosos hacia cualquier parte. Si están atados, revisar a diario la cadena, collar, enganches.

Finalmente, prever que un día se nos pueda escapar y poner en su collar alguna identificación con la que podamos recuperarlo (nuestro teléfono, celular, dirección) para que si alguien lo encuentra, lo pueda devolver.

Finalmente: La mayoría andamos apurados, ocupados, tenemos muchas cosas en las qué pensar, pero siempre tendremos unos minutos para socorrer a un animal: perdido, herido, accidentado… porque así como nos gustaría ser ayudados en caso de ser robados, heridos o tener un accidente, de igual manera podremos ayudar a estos seres vivos que también sienten, sufren y son ávidos de afecto. Les aseguro que al culminar la jornada podrán apoyar su cabeza en la almohada y sentirse un poquito más humanos por haber brindado parte de su tiempo a un animalito.